describen con detalle, por lo anterior cabe destacar la etnografía que el autor desarrolla sobre este ritual
(Silva-Zurita 2017, 138-174; Silva-Zurita 2021). Esta ceremonia consiste en el festejo de la llegada del nuevo
año según el calendario mapuche. Es celebrada el 24 de junio o en días cercanos a esta fecha. Como señala
el etnomusicólogo, está bastante difundida la idea de que el wetripantü es un ritual ancestral que decayó
hacia finales del siglo XIX y que en las últimas décadas experimenta un proceso de revival. Sin embargo,
basado en la evidencia empírica disponible, el etnomusicólogo considera poco probable la existencia de un
antiguo ritual de celebración del año nuevo mapuche (Silva-Zurita 2017, 145-154; Silva-Zurita 2021, 6-11).
Ya sea un rito de larga data o una innovación reciente, el wetripantü es en la actualidad una importante
ceremonia que ha trascendido las esferas familiar y comunitaria para instalarse en espacios institucionales
(colegios, universidades, servicios públicos, entre otros). Si bien para algunos mapuche la institucionalización
y masificación de esta celebración son vistas como oportunidades de reconocimiento de la distinción cultural
de la sociedad indígena por parte del chileno, para otros el tránsito de esta práctica ritual de lo privado
familiar y comunitario a espacios oficiales-institucionales implica disputas por el control de la festividad
(Cayumil Calfiqueo 2001, 99-107). Es probablemente uno de los rituales con elementos tradicionales de más
fácil acceso para los no mapuche.
Como ya he señalado, son pocas las etnografías existentes sobre esta festividad, por lo que mis
observaciones etnográficas dialogarán sobre todo con el trabajo de Silva-Zurita. Este autor describe dos
wetripantü, aunque en el marco de su trabajo de campo pudo asistir -durante junio de 2014- a once de estas
celebraciones en lugares bastante variopintos (Silva-Zurita 2017, 139; Silva-Zurita 2021, 2-4). Los sitios de las
festividades por el año nuevo mapuche a los que yo pude asistir durante junio de 2019 fueron igual de
variados: un hospital intercultural, la sede vecinal de una comunidad, la casa de la familia con la que vivía, el
hogar de unos amigos de esta familia, un descampado próximo a una carretera, un liceo técnico y el campo
de la dirigente de una asociación de mujeres mapuche. Cabe señalar que ciertas prácticas señaladas en la
literatura no se observan ni en las ceremonias descritas por Silva-Zurita ni en las que yo participé durante mi
trabajo de campo. Me refiero particularmente al baño que realizan los participantes al amanecer en un río
o arroyo cercano (Velásquez Arce 2017, 164; Bengoa 2012, 208-9).
A grandes rasgos, los dos wetripantü colectivos en los que participe durante mi trabajo de campo y que
fueron oficiados por la machi Mercedes son muy similares a los descritos por Silva-Zurita (2017, 145-154;
2021): palabras de bienvenida, un ngellipun (que incluye, oraciones, toques de instrumentos, danza colectiva
o masatun), que suele repetirse (en el caso de la machi Mercedes, cuatro veces), choyke pürun y luego una
comida conjunta. Desde luego, pueden observarse diferencias (el número de veces que se repite el ngellipun,
acciones rituales ligeramente diferentes, los lugares, entre otras) asociadas al contexto donde estos fueron
realizados o por quienes fueron oficiados (longko, ngenpin o machi). Lo relevante a mi parecer es que los
elementos principales (ngellipun, choyke pürun y comida conjunta) están presentes en los dos casos
descritos por Silva-Zurita y en los que yo participé junto a la machi Mercedes. Igualmente, se utilizan los
mismos elementos sonoros: ejecución de kultrung, kaskawilla, pifüllka, trutruka y kefafan. No obstante,
pueden señalarse algunas diferencias. En los wetripantü oficiados por la machi Mercedes, ella canta mientras
percute su kultrung y realizamos el masatun. En las celebraciones descritas por Silva-Zurita, es posterior a la
ceremonia que los músicos tradicionales (ülkantufe) presentes interpretan cantos mapuche y, en un caso,
para algunos no es suficiente que la voz empleada sea la simple traducción de “año nuevo”, sino que debería
emplearse una denominación con otra significación, como, por ejemplo, “el regreso del sol”.