prima sobre la cual el himno pueda considerarse como tal desde sus orígenes, aunque este tipo de género
también estaba acompañado de un ritual o de una performática que contextualizaba el lugar de enunciación.
Sin duda el texto, el poema o la lírica determinaba un peso considerable en la caracterización y el sentido
del himno; glorificación, exaltación, veneración o alabanza, son algunos de los propósitos funcionales de
estos textos desde la antigüedad. A su vez, este concepto trasciende la mística religiosa para ubicarse en un
contexto más laico a partir del cual el himno permite la unión como sociedad, comunidad; a través de él se
celebra la victoria de las batallas o las guerras, a la vez que permite la referencia a un espacio geográfico y
político. Un himno «es el resultado de una interacción continua entre texto poético, prácticas musicales y
contexto político» (Carreras 2020, 498).
También, el texto del himno puede resaltar valores de una sociedad, de una ciudad, de un país, así como de
una institución, corporación o entidad. Contar con un himno da cuenta de una identidad corporativa,
institucional, nacional. Resaltar a un personaje también es otra de las funciones de un himno, sea por sus
actos, sus sacrificios o sus obras. El texto, en este sentido, tiene una fuerza potente para darle vida y
caracterización al género himno.
En el caso del El centavo de navidad, el texto propone la ayuda y la caridad para el niño mendigo en la noche
buena, es decir, apela a un sentimiento de bondad y caridad para el más necesitado. Si bien se podría
establecer una relación con el himno desde el contenido textual de la letra en cuanto a la exhortación para
pensar en los más necesitados y ayudarlos con un centavo, este contenido simbólico está también presente
en otro tipo de géneros musicales que no necesariamente se consideran himnos.
Por otro lado, la mayoría de los himnos de Calvo están identificados como tales y presentan una relación
directa con una institucionalidad e identidad explícita, sea esta educativa, corporativa, o como himnos de
ciudades.
Himno del Colegio La Concordia (c. 1920-1924), Himno del Colegio Boyacá (c. 1920-1924),
Himno del Colegio San José María Villegas (c. 1920-1924), Himno del Colegio Santo Tomás
de Aquino (c. 1920-1924), Himno de los niños excursionistas del Quindío (c. 1920-1924),
Himno del Regimiento Ayacucho (c. 1920-1924), Himno de Pereira (c. 1920-1924), Himno
de Manizales (c. 1920-1924), Himno de Sonsón (1926), Himno del centro de excursionistas
“Caquetá” (1930), Himno de la Escuela Superior Nacional de Enfermeras (1944), Himno
para las hijas de María en sus bodas de oro en Agua de Dios (c. 1944), Himno a la Frontera
(s.f.). (Ospina Romero 2013a, 56)
Tomemos como ejemplo dos de sus himnos: el Himno de Pereira (Alcaldía de Pereira 2022) y el Himno de
Sonsón (Alcaldía de Sonsón 2020). En ambos casos, además de coincidir con el tradicional ritmo de marcha,
se mantiene la estructura convencional del himno: introducción, coro a manera de estribillo, y alternancia
con las diferentes coplas o estrofas. En cambio, El centavo de navidad, si bien inicia con introducción,
comienza con verso y seguidamente alterna las demás estrofas con el coro.
Esta estructura de El centavo de navidad nos hace considerar si realmente se trata de un himno dentro de
su catálogo. En sus páginas autobiográficas (Ospina Romero 2012, 228), Calvo se refiere a diversas
instituciones que han pedido su concurso para la creación de himnos. En el caso de El centavo de navidad,
sólo aparece la referencia a la campaña o iniciativa de la señorita Marichú Mejía. Este último asunto le da
una característica particular a la obra, dado que sería el único de sus himnos que se relaciona con una