Pese a que su origen ha sido debatido inmensamente por diversos autores latinoamericanos y europeos, cuando en este artículo hable del sumak kawsay, lo haré refiriéndome al principio perteneciente a la cosmovisión ancestral kichwa del Ecuador, sin hacer referencia a la ubicación geográfica de dicha nacionalidad indígena ecuatoriana. Haré un recuento de su traducción, mundialmente aceptada, “buen vivir” (en diversas corrientes) para llegar finalmente a la concepción indigenista/pachamamista que es en la que me posiciono, poniendo como énfasis, la información generada y/o debatida en Ecuador. Lo expuesto anteriormente tiene el fin de darlo a conocer no sólo como una “alternativa ideal al desarrollo”, como ha sido innumerablemente planteado, sino como una posibilidad de que, transcurrida más de una década desde que fue presentado en la Carta Magna ecuatoriana, se revea la importancia de respetarlo desde su dimensión espiritual. Trato de presentarlo desde la cosmovisión de los pueblos que milenariamente lo han practicado, para comprenderlo desde las cualidades, valores y nociones que permiten una vida en armonía y plenitud entre todas “las entidades de esfera trascendente de la selva” (MORALES TORRES, 2009). Intento abrir un debate desde una mirada mestiza y con tintes de una Educación Ambiental, pues considero que son temas ligados que podrían potenciarse.