La ideología del encarcelamiento y el prejuicio punitivista

síntomas del autoritarismo brasileño

Resumen

El modelo occidental de castigo, transformado desde el siglo XVIII, no ha logrado contener las nuevas formas de criminalidad surgidas de los paradigmas modernos del trabajo, la propiedad y la racionalidad. En Brasil, donde la violencia y la restricción han operado históricamente como mecanismos de control, se consolidaron largos períodos de gobiernos autoritarios y represión generalizada, reforzando la adopción de un sistema penal alineado con la necesidad del modelo productivo de tratar el delito y la prisión como categorías coercitivas. Este artículo examina la contradicción entre un Estado punitivo —aunque formalmente orientado a la resocialización— y sus efectos sobre las tendencias autoritarias de masas. A partir de la Teoría Crítica, en particular de Adorno y Horkheimer, y con base en el psicoanálisis freudiano, se analizan las dinámicas mediante las cuales el punitivismo se produce en las masas, es políticamente cooptado, se articula con la economía pulsional de los sujetos y se moviliza alrededor de demandas autoritarias en el mundo administrado. Este estudio teórico-reflexivo combina la discusión conceptual de la literatura con datos estadísticos sobre las políticas penales y la opinión pública en Brasil. Se sostiene que los mecanismos de estereotipia y prejuicio —alimentados por los medios sensacionalistas— refuerzan los tabúes en torno a la noción generalizada de “criminal”, bloqueando nuevas formas de relación con este objeto. En consecuencia, se intensifican la paranoia, la moralidad irreflexiva y la destructividad de una población socializada para la dominación y la adaptación a una realidad inestable, basada en la exacerbación de su desamparo.